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Comisión Nacional De Energía Atómica (Cnea)

La CNEA crea, recibe y transfiere tecnología, aplicándola a toda la población a través de la energía eléctrica, la producción de radioisótopos para empleo en medicina, industria, agricultura, ganadería y biología, la investigación básica y aplicada y la exportación de energía nuclear.

Cuenta con instalaciones propias ubicadas en Capital Federal, la Central se encuentra en Nuñez y en el interior del país: el Centro Atómico Ezeiza, el Centro Atómico Constituyentes en la Provincia de Buenos Aires y el Centro Atómico Bariloche en la provincia de Río Negro, además de otras instalaciones en Mendoza, Río Negro y Córdoba.

 

En la producción de energía se emplea el uranio, producto radiactivo natural, como combustible nuclear. Bombardeado por neutrones y mediante el fenómeno de fisión se libera energía, generándose además productos radiactivos artificiales de alto nivel de radiactividad, que quedan atrapados en las vainas de los elementos combustibles hasta su reprocesamiento o gestión como residuos radiactivos.

 

La CNEA evalúa y detecta uranio, para ello ha divido al país en 57 zonas uraníferas.

La actividad de prospección - exploración uranífera en el país tuvo como resultado el hallazgo de varios depósitos de uranio de interés económico, que permitieron sustentar con uranio nacional el programa nuclear argentino.

Desde 1999 a la fecha el precio del uranio en el mercado internacional se duplicó, llegando en la actualidad a U$S 42/kg U. Paralelamente el peso argentino sufrió una fuerte devaluación con relación al dólar, lo que hace difícilmente sostenible el abastecimiento externo de este recurso.

En el marco expuesto, las principales acciones del área son:

- Determinar la factibilidad y mantener el inventario actualizado de los recursos naturales de interés nuclear en el territorio nacional.

- Realizar la prospección y la exploración uranífera con el objetivo de llegar a la puesta en producción de depósitos de U a precios convenientes en el marco internacional.

Por una parte se estudia la factibilidad geológico - uranífera del territorio nacional con el objetivo de valorizar los recursos uraníferos potenciales, independientemente de los requerimientos inmediatos de uranio, y de toda otra cuestión de mercado, analizando modelos de yacimientos que responden a distintas categorías de costos de explotación.

En términos de resultados, se han estimado recursos uraníferos potenciales, para el territorio nacional, del orden de 40.000 toneladas de uranio; y se han cuantificado reservas de 4.600 toneladas de uranio en el Yacimiento Cerro Solo (Chubut), que representan el consumo de la Central Nuclear Atucha II durante toda su vida útil.

La prospección geológica de las 57 zonas uraníferas, durante el segundo trimestre del ejercicio 2004, continuó los estudios de laboratorio de las muestras colectadas en las unidades de investigación, en las zonas de la cordillera neuquina, en Mendoza y Santa Cruz.

Los radioisótopos son utilizados en: Estudios de procesos médicos, diagnósticos clínicos, tratamientos de enfermedades, esterilización de productos de uso medicinal, seguimiento de compuestos químicos, mejoramiento de la producción agropecuaria, erradicación de plagas, estudios de erosión de suelos y en conservación de alimentos. Los centros usuarios de radioisótopos suman más de 1.100 en nuestro país.

Hay diversas maneras de obtener radioisótopos, una forma de hacerlo es irradiando materiales dentro de un reactor, tal como sucede en el RA-3 que opera en el Centro Atómico Ezeiza (CAE), luego el Cobalto 60 irradiado es vendido por la CNEA a granel a empresas asociadas a CNEA (Dioxitex S:A), para fabricar fuentes selladas para uso industrial y médico, siendo las principales aplicaciones: radioesterilización, preservación de alimentos, aplicaciones químicas y terapia radiante (telecobalto terapia).

En relación con la gestión de residuos y desmantelamiento cabe destacar que es importante procesar los residuos radiactivos de forma tal que su manipulación, transporte, almacenamiento y disposición final en repositorios no impliquen riesgos innecesarios para la generación y las fuentes.

Los residuos de alta actividad y período largo son los que contienen material radiactivo con períodos de semidesintegración mayores a 30 años y que superan en algunos casos los miles de años. Estos constituyen un volumen mucho menor pero concentran el mayor porcentaje de radiactividad total. Son los residuos resultantes del reprocesamiento de los combustibles nucleares y desmantelamiento de reactores e instalaciones nucleares.

Los residuos de baja y media actividad y período corto son aquellos que contienen material radiactivo con períodos de semidesintegración relativamente cortos (30 años) y con una radiactividad baja o media.

Las actividades previstas para su gestión se orientan a consolidar las tareas básicas de gestión, buscando las condiciones operativas y de servicios del área Gestión de Ezeiza, y de los almacenamientos transitorios en las centrales nucleares.

El almacenamiento interino de estos residuos, se define como el volumen de los residuos radiactivos sólidos alfa contaminados gestionados. Estos se generan durante la producción de elementos combustibles para los reactores de potencia (Central Nuclear Atucha I y Central Nuclear Embalse)

El almacenamiento bajo salvaguarda, se refiere al volumen de los residuos radiactivos líquidos de baja y media actividad gestionados, entendiendo como tal, la recepción, confinamiento secundario provisorio y almacenamiento transitorio en un área bajo control. Los principales generadores de estos residuos son las plantas de producción de radioisótopos en particular la de Molibdeno por Fisión, con la cual se elaboran los generadores de Tecnicio utilizados para diagnóstico en una gran cantidad de estudios médicos.

El almacenamiento de fuentes radiactivas en desuso, se define como la cantidad de fuentes radiactivas gestionadas, entendiendo como gestión en este caso, los trabajos de retiro, transporte y almacenamiento interino de las mismas. En general se trata de la gestión de fuentes radiactivas decaídas, utilizadas en aplicaciones médicas e industriales, cuya licencia de operación no fue renovada o como consecuencia de la utilización de una tecnología alternativa.

El cumplimiento de las metas está previsto en este programa para el cuarto trimestre en función de que la información se consolida de los diversos institutos en forma anual.

El conjunto de actividades en estas áreas involucran:

Estas acciones se realizan en los siguientes Institutos:

Instituto Universitario de Estudios Nucleares (IUdEN)

Se encuentra en el Centro Atómico Ezeiza. Actualmente, el instituto se relaciona con la Universidad de San Martín, la Universidad de La Plata, la Universidad Tecnológica Nacional y la Universidad de Lomas de Zamora. Con estas instituciones se han creado el postgrado en Reactores Nucleares, y las Maestrías en Radioquímica, Química Nuclear y en Bioquímica.

Instituto de Tecnología "Profesor Jorge A. Sábato"

Se dictan las siguientes carreras de grado y posgrado:

Instituto Balseiro

Fue creado en 1955 por convenio entre la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Universidad Nacional de Cuyo (UNC). Junto al Centro Atómico Bariloche forma una unidad funcional de enseñanza y de investigación.

Para promover las aplicaciones de la tecnología nuclear, la CNEA creó en Mendoza la primera escuela de medicina nuclear y radiodiagnóstico de la República Argentina. Este Centro de Medicina Nuclear depende administrativa y funcionalmente del Instituto Balseiro, y académicamente de la Universidad de Cuyo.

El Estudio de Radiación Cósmica Alta Energía "Proyecto Auger", tiene por fin la investigación de los rayos cósmicos provenientes del espacio exterior. Constará de dos observatorios similares sobre un área de 3.000 Km cada uno, uno en el hemisferio sur en la localidad de Pampa Amarilla, provincia de Mendoza y otro en el hemisferio norte en el estado de Utah, en los EE.UU. Su costo es de 100 millones de pesos (50 millones de pesos cada observatorio) y participan 15 países en el proyecto.

Se firmó un convenio tripartito entre el gobierno de Mendoza, la Universidad de Cuyo y la CNEA. Por este convenio se acuerda la instalación del laboratorio del hemisferio sur.

Argentina financiará solamente el observatorio sur con 15 millones de pesos (10 millones por la CNEA y 5 millones de pesos por el gobierno de Mendoza). Corresponde a la provincia de Mendoza los gastos de infraestructura en Pampa Amarilla; se llamará a licitación para la construcción de la Estación Central y el albergue del primer telescopio en el cerro Los Leones. Este telescopio se está terminando de construir en Alemania e Italia.

La Universidad de Cuyo aportará los recursos humanos necesarios para la realización del proyecto, el conocimiento y la investigación; por su parte la CNEA está comprometida a participar en las diferentes etapas del proyecto.

En la actualidad están en operación los edificios de la Estación Central, sita en la ciudad de Malargüe, el edificio para los telescopios en el Cerro Los Leones, dos telescopios, 30 detectores de superficie y el sistema de telecomunicaciones y de adquisición de datos.

Organismo Nacional de Administración de BienesInstituto Nacional del Agua

 

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