El Instituto Nacional de Vitivinicultura tiene a su cargo el contralor técnico de la producción, la industria y el comercio vitivinícola, cono así también la fiscalización de la producción, circulación, fraccionamiento y comercialización de alcohol etílico y metílico, con el fin de resguardar a la comunidad respecto de la genuinidad y aptitud para el consumo de productos vitivinícolas y bebidas alcohólicas.

La actividad de fiscalización de procesos y práctica enológica y de alcoholes, representa el 76,4 % del crédito devengado por el organismo, mientras que el servicio de conducción, apoyo administrativo y auxiliares constituye el 22,4% de los recursos ejecutados. En cuanto a la estructura del gasto, el 78,9% del gasto devengado en el año corresponde a gastos en personal.

La mayor cantidad de inspecciones en auditoría de procesos y productos obedeció a que debieron intensificarse las tareas de control de la cosecha y de la elaboración de vinos a fin de adecuar la fiscalización a la realidad imperante en el sector. Por su parte, las altas temperaturas aceleraron el proceso de maduración de las uvas lo que apresuró las tareas de cosecha en la mayoría de las zonas productoras.

Por otro lado, la menor cantidad de inspecciones relacionadas con la auditoría de volúmenes y destilación de alcohol, se debió a la baja actividad del sector de manipuladores, con escasas existencias, por lo cual se intensificaron los controles de la meta anterior.